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Bitcoin hámster

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Cómo tener éxito en la criptomoneda

Объем: 140 бумажных стр.

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Prefacio

No era así como lo imaginaba al principio. Soñaba con dinero, Lamborghinis, fama, chicas… libertad. Y, en cierto modo, lo conseguí. Pero con ello llegaron las pérdidas en proyectos fraudulentos, depósitos vacíos, estrés constante, canas prematuras y desconfianza hacia la gente. En la búsqueda de esos “x” perdí algo más importante: a mí mismo, la tranquilidad y el gusto por la vida. Como si hubiera olvidado para qué empecé. Todos esos gráficos, chats interminables y discusiones sobre estrategias se convirtieron en el centro de mi existencia, reemplazando todo lo demás. Dejé de notar las pequeñas alegrías: el aroma del café por la mañana, las conversaciones con mis seres queridos, los paseos sin el teléfono en la mano. Ahora me miro al espejo y no me reconozco — no por mi aspecto, sino por la mirada. Está apagada. Ya no hay fuego de sueños, solo ansiedad, cansancio y la pregunta: “¿Valió la pena?” Tal vez sea momento de dar un paso atrás, de respirar, de recordar quién soy fuera del trading, fuera de los números y de esta carrera sin fin por el éxito.

Cada día, el mercado de criptomonedas atrae a más personas con promesas de dinero fácil, libertad del sistema y la posibilidad de encontrar esa moneda capaz de cambiar sus vidas. Pero detrás de esa fachada brillante no solo hay oportunidades; también hay riesgos que muchos prefieren ignorar. Miles de principiantes entran con la ilusión de hacerse ricos y salen con los bolsillos vacíos. ¿Por qué? Porque el mercado es el mecanismo más eficiente para quitar dinero. Aquí no gana el más inteligente ni el más afortunado, sino quien es frío, paciente y calculador.

Este libro no trata de hacerse millonario de la noche a la mañana. Trata de sobrevivir en el mercado de criptomonedas, de proteger tu capital, tu mente y tu sentido del humor, incluso cuando todo a tu alrededor parece derrumbarse. Hablaremos de estrategias, riesgos, psicología y los errores más comunes. Aprenderás a ganar sin perseguir el hype y, sobre todo, a no quedarte con las manos vacías. Recuerda: no hace falta ser un genio para ganar en cripto. Basta con no ser el hámster más tonto de la jaula.

Parte I: El Despertar

Capítulo 1. Por qué Bitcoin es la octava maravilla del mundo

“Hay 58 millones de millonarios en el mundo y solo 21 millones de Bitcoins”.

El sueño de un mundo mejor ha transformado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Junto con el desarrollo dinámico de la tecnología, diversos líderes de opinión cuestionan los modelos existentes de sociedad desde la perspectiva de su sostenibilidad futura. La libertad personal frente a la coerción y el control del Estado, o una vida más cómoda y fácil a cambio de la pérdida de la privacidad. Estas cuestiones son una metáfora para profundas reflexiones sobre la digitalización de nuestro mundo y la interacción del ser humano con la tecnología. Los defensores de la criptoeconomía consideran que un nuevo modelo de descentralización, basado en la tecnología blockchain, puede ser un camino hacia la creación de un mundo más justo e igualitario.

El 31 de octubre de 2008, un programador bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto publicó en un foro criptográfico un breve artículo en el que anunciaba la creación de un “nuevo sistema de pagos electrónicos descentralizado”, que funcionaría sin intermediarios. El artículo describía un sistema en el que todas las transacciones se realizaban directamente, sin necesidad de terceras partes de confianza. El autor proporcionó un breve resumen del artículo y un enlace a la versión completa. La idea principal era crear un sistema de pagos con su propia moneda, que utilizara complejos algoritmos matemáticos para verificar las transacciones sin recurrir a intermediarios. La emisión de esta moneda digital debía producirse automáticamente, con una frecuencia establecida, recompensando a los usuarios por el esfuerzo computacional invertido en la confirmación de operaciones.

A pesar de que la mayoría de los intentos previos de crear dinero digital habían fracasado, el sistema propuesto por Satoshi Nakamoto logró encontrar su lugar. Inicialmente, parecía que Bitcoin solo atraería la atención de un círculo reducido de criptógrafos, ya que en el primer año de existencia solo unas pocas docenas de usuarios se conectaron a la red y comenzaron a dedicarse a la minería e intercambio de “coins”, que en ese momento solo tenían valor coleccionable. Sin embargo, en octubre de 2009, un intercambio en línea realizó una transacción de 5.050 bitcoins por 5,02 dólares, lo que equivalía a 1 dólar por 1.006 monedas. Este fue el primer caso de intercambio de moneda digital por dinero fiduciario, y el precio se basó en el costo de la electricidad utilizada para su minería. Este momento resultó crucial para la historia de las criptomonedas, ya que Bitcoin comenzó a percibirse no como un juguete para programadores, sino como un producto real con un precio que la gente estaba dispuesta a pagar. El 22 de mayo de 2010 ocurrió otro hecho emblemático: un usuario gastó 10.000 bitcoins en dos pizzas por un valor total de 25 dólares. Este fue el primer caso de uso de Bitcoin como medio de intercambio de bienes. Transformar a Bitcoin de un objeto coleccionable a un medio de intercambio tomó aproximadamente siete meses. Desde entonces, el número de usuarios y transacciones en la red de Bitcoin ha crecido de manera constante, al igual que la capacidad computacional. Como resultado, en pocos años el precio de la criptomoneda alcanzó niveles récord.

Hoy se puede afirmar con certeza que el invento de Nakamoto no fue solo una pasión de entusiastas, sino una tecnología que ha superado con éxito la prueba del mercado y resuelve problemas concretos. El valor de Bitcoin ya se incluye en los informes de noticias junto con los tipos de cambio de las monedas nacionales. Bitcoin debe considerarse como un software distribuido que permite intercambiar transferencias valiosas mediante una moneda protegida contra la inflación y que no depende de intermediarios centralizados. En otras palabras, Bitcoin automatiza las funciones de los bancos centrales modernos, codificadas en un software que se ejecuta en miles de computadoras. Esto garantiza una seguridad casi total, ya que los cambios en el código solo pueden realizarse con el consentimiento de todos los participantes de la red. Así, Bitcoin se convirtió en la primera moneda digital viable, ofreciendo confiabilidad y estabilidad. Aunque surgió en la era informática, su objetivo — proporcionar un medio de pago completamente controlado por su propietario y casi inmune a la inflación — es relevante desde tiempos antiguos.

Para entender Bitcoin, primero debemos comprender la naturaleza del dinero, sus funciones e historia. Alimentos, sal, pieles de animales, oro, plata, recibos de deuda e incluso objetos brillantes han servido como dinero en distintos períodos. El valor que hoy llamamos dinero puede transformarse en diversos servicios y bienes. Está claro que el dinero ha pasado por muchos cambios a lo largo de su historia, desde monedas y billetes físicos hasta formas digitales modernas. Esta evolución refleja el crecimiento y la complejidad de la sociedad. La moneda es la encarnación práctica del concepto de dinero y, para cumplir su función, debe cumplir tres criterios principales: ser un medio confiable de preservación del valor, proporcionar un método eficiente de transferencia de valor y servir como una medida conveniente de valor, que pueda compararse y medirse. Un elemento clave de estos criterios es la confianza social. Por ello, muchas formas tempranas de intercambio, como ganado, conchas o simples objetos brillantes, no lograron consolidarse como dinero. No cumplían con todos los requisitos, ya que no mantenían un valor estable, eran incómodos para transportar y difíciles de medir y comparar. De todas las monedas, el oro es una de las más antiguas y conocidas. Posee varias ventajas importantes que lo convierten en una moneda ideal:

Rareza y durabilidad: el oro es un metal raro, difícil de reproducir y extraer. No se deteriora ni cambia, permaneciendo inalterable con el tiempo. A pesar de su uso en joyería, el oro mantiene sus propiedades y valor.

Comodidad de transporte: gracias a su alta densidad, el oro es compacto y fácil de transportar, lo que representa una ventaja significativa en comparación, por ejemplo, con los animales domésticos.

Uniformidad: el oro posee una alta uniformidad: una onza de oro puro es igual a otra onza. Esto facilita el comercio y hace que el oro sea conveniente para el intercambio, a diferencia de conchas o piedras preciosas, cuyo valor puede variar.

El valor del oro se basa en la confianza social, formada por su rareza, intercambiabilidad, portabilidad y resistencia al deterioro. Sin embargo, con el tiempo surgieron desventajas al usar el oro como moneda. Los estafadores empezaron a añadir metales de menor valor al oro, reduciendo su valor original. La gente también se cansó de cargar pesadas barras de oro y buscó alternativas más convenientes. Además, dividir el oro resultaba complicado en el comercio cotidiano. En busca de una mejor solución, las personas recurrieron al dinero en papel respaldado por oro. El principio era simple: depositas oro (o plata) en un banco y recibes un documento conocido como pagaré. Este pagaré podía usarse en la vida real como se usaba el oro. El dinero en papel era mucho más ligero, fácil de intercambiar, y el banco podía hacerlo bastante difícil de falsificar. Así, el papel cumplía con todos los criterios y, lo más importante, contaba con la confianza porque el pagaré estaba respaldado por oro.

Pero, ¿qué pasa hoy con nuestro dinero en papel, preguntas? ¿Quieres la amarga verdad? En la década de 1950, la mayoría de los países del mundo abandonaron el llamado “patrón oro”, desvinculando la cantidad de dinero del oro. Incluso el dólar estadounidense, moneda de reserva mundial, abandonó el patrón oro a favor del “flotamiento libre” en los mercados abiertos en 1971. Los gobiernos buscaban controlar mejor la inflación y deflación mediante la regulación de la cantidad de dinero en circulación. De repente, cualquier banco central podía aumentar o disminuir la masa monetaria a voluntad. El dinero se convirtió en un bien cuyo valor depende de lo que las personas estén dispuestas a pagar en mercados externos, o de la confianza local en la moneda dentro del país. El dinero moderno en papel dejó de ser un medio de preservación de valor. Ahora su valor depende de ti. No puedes imprimir dinero, pero los bancos centrales sí, porque el dinero ya no está vinculado al oro, lo que permite al gobierno crear más moneda a su discreción.

El gobierno imprime dinero y, como resultado de la inflación, su valor disminuye. En lugar de confiar en la vinculación con el oro, debemos confiar en algo completamente nuevo: la autoridad central, que esperamos cuide del dinero en papel y lo mantenga como un buen medio de preservación de valor. En una frase, con la llegada del dinero en papel, el sistema monetario se centralizó. En tiempos del oro, era descentralizado. Cualquiera podía ir a extraer oro. Todos podían poseerlo. Con la aparición del dinero digital, la centralización se intensificó. A las instituciones centrales se les encargó decidir quién puede abrir una cuenta, gestionar los límites de transferencia y, lo más importante, conservar los saldos de las personas. Sin este control, cualquiera podría simplemente copiar y multiplicar dinero en su computadora a su antojo. La centralización le dio al dinero una nueva función: controlar a quienes quieren usarlo.

Pensemos en un dólar en papel o en una moneda metálica. Al transferir este dinero a otra persona, no necesita saber quién eres; solo debe confiar en que el dinero que recibe no es falso. Normalmente, la gente verifica el dinero visualmente, al tacto o mediante equipos especiales, especialmente en grandes cantidades. Vivimos en una sociedad digital, y la mayoría de nuestros pagos se realizan ahora de manera electrónica a través de intermediarios: emisores de tarjetas de crédito como Visa, proveedores de pagos digitales como PayPal o Apple Pay, o plataformas en línea como WeChat en China. La transición hacia los pagos digitales requiere la presencia de un intermediario central que confirme y verifique cada transacción. Esto implica un cambio de la naturaleza del dinero: de físico, que puedes transportar, transferir y verificar por ti mismo, a digital: bits que deben almacenarse y verificarse mediante un tercero que controla su transferencia. Al aceptar intercambiar la posibilidad de pago en efectivo por la comodidad de los pagos digitales, creamos un sistema que otorga poderes excepcionales a quienes pueden intentar oprimirnos. La organización central es responsable y puede dictar lo que las personas pueden o no hacer con su dinero.

Muchas personas se han preguntado si es posible un sistema de dinero digital (sin elementos físicos) que conserve todas sus ventajas, pero sin una autoridad central en quien confiar. Bitcoin ofrece una alternativa al dinero digital centralizado mediante un sistema que devuelve la naturaleza peer-to-peer del efectivo, pero en forma digital.

Bitcoin es quizás la mejor herramienta para preservar valor en un entorno de inflación y volatilidad de las monedas fiduciarias. En un mundo donde la inflación reduce rápidamente el poder adquisitivo de las monedas tradicionales, cada vez más personas buscan alternativas para proteger su capital. Una de esas soluciones es Bitcoin.

La principal diferencia de Bitcoin es su emisión limitada. A diferencia del dólar, el euro y otras monedas estatales, que pueden imprimirse en cualquier cantidad, nunca habrá más de 21 millones de bitcoins. Esto está matemáticamente fijado en su código y no puede ser cambiado por gobiernos ni corporaciones. Esta limitación convierte a Bitcoin en un activo escaso, no sujeto a la depreciación por “impresión adicional”. Además, la emisión de Bitcoin es transparente y predecible. Cada cuatro años ocurre un “halving” — reducción a la mitad de la recompensa por la minería de nuevas monedas —. Esto disminuye la tasa de inflación de Bitcoin y lo convierte esencialmente en un activo deflacionario. A diferencia del sistema fiduciario, donde las decisiones se toman a puerta cerrada por los bancos centrales, el mecanismo de Bitcoin es abierto y no depende de intereses políticos.

En situaciones de crisis económicas, inestabilidad, sanciones y devaluación de las monedas nacionales, Bitcoin se muestra como un activo independiente y global, accesible a cualquier persona con acceso a internet. No puede ser congelado, bloqueado o retirado; existe fuera del sistema bancario, atrayendo a personas en países con restricciones financieras o hiperinflación. Ejemplos claros son Argentina, Turquía y Nigeria, donde Bitcoin se ha convertido para muchos en la única manera de preservar sus ahorros.

Finalmente, Bitcoin es una rareza digital. A diferencia del oro, es fácil de almacenar, transferir y dividir. Un BTC se puede dividir en 100 millones de satoshis, lo que lo hace conveniente incluso para transacciones pequeñas y microahorros. Esta flexibilidad lo convierte no solo en una herramienta de inversión, sino también en un medio de libertad financiera para millones de personas en todo el mundo.

Bitcoin no es solo un activo especulativo o una moda. Es una herramienta real para proteger tus fondos en un mundo donde la confianza en las instituciones financieras tradicionales disminuye y las monedas fiduciarias pierden estabilidad. En un contexto de alta inflación e inestabilidad, Bitcoin actúa como el equivalente digital del oro del siglo XXI: confiable, limitado e independiente.

En el mundo hay 58 millones de millonarios y solo 21 millones de bitcoins. Incluso si cada uno quisiera solo uno, no habría suficientes para todos. Compra Bitcoin cada mes por una cantidad fija, sin importar el precio. Hazlo de manera constante, año tras año, y con el tiempo formarás un capital capaz de asegurar tu retiro digno. Esta estrategia se llama DCA (Dollar-Cost Averaging) — una de las formas más simples y confiables de acumular en un mundo de alta volatilidad.

¿Nació un hijo? Comienza a ahorrar para él, no en monedas fiduciarias inflacionarias, sino en un activo de emisión limitada. Compra Bitcoin cada mes, y para cuando tenga 16–18 años habrás creado un capital inicial que se puede destinar a:

Educación universitaria.

Pago inicial de una vivienda o incluso la compra de un departamento.

Apertura de un negocio propio o cartera de inversiones.

Simplemente para un comienzo seguro en este mundo inestable, donde cada decisión financiera importa.

La estabilidad está en la regularidad. La confianza en el futuro, en las acciones de hoy.

Capítulo 2. La era de las oportunidades y las excusas

“Nunca antes una persona ha tenido tantas razones para tener éxito, y tantas excusas para no hacerlo”.

“Habría que haber comprado bitcoin en 2010. Ahora ya es tarde”. “Vivo en un país donde las oportunidades son pocas. No estamos acostumbrados a arriesgarnos, y mucho menos a creer en algún tipo de dinero virtual”. “No crecimos ricos, así que no hay nada por lo que empezar, como dicen. Y además, todo esto es una estafa. Una burbuja. Es pura especulación”. “Ahora seguro que es tarde: quien pudo, pudo. Los demás — a vivir como siempre. No era nuestro destino”.

Pero todo esto no son razones, sino excusas cómodas. Todos tenían trabajo, familia, deudas. Todos sentían miedo y confusión. Todos tenían mala conexión a internet y dudas. Pero alguien, a pesar de todo, se arriesgó. Se equivocó, aprendió, perdió, pero siguió adelante. Sí, sería maravilloso poder regresar con lo que sabemos ahora. Pero mucho más importante es no quedarse atrapado en el pasado y mirar qué se puede hacer hoy. Porque las nuevas oportunidades no han desaparecido. Solo han cambiado de forma. ¿No creciste rico? Más razón para empezar ahora. Porque, si no comienzas tú, nadie lo hará por ti. Y entonces, dentro de diez años, volverás a decir: “Habría que haber empezado en 2025…”.

Nunca en la historia ha habido tantas oportunidades para enriquecerse, pero lo que es más importante, nunca ha habido tanta necesidad de hacerlo como en la realidad actual. Los precios suben más rápido que los salarios. La moneda se devalúa y la estabilidad se ha vuelto una ilusión. Estar “bien” ya no es suficiente — eso se ha convertido en un riesgo. Tener un colchón financiero no es un lujo, es una condición para sobrevivir. Vivimos en tiempos donde el conocimiento, la rapidez de reacción y la capacidad de adaptación se han convertido en las principales monedas. El mundo se ha vuelto digital, las fronteras son relativas, y ahora no hacen dinero los que tuvieron mejor punto de partida, sino quienes se adaptan más rápido.

Enriquecerse ya no se trata de yates y villas. Se trata de libertad: vivir sin miedo, elegir dónde y cómo trabajar, a qué dedicarse, dónde crecerán tus hijos. No es solo un objetivo: es una forma de protegerse del caos.

A lo largo de la historia de la humanidad ha habido periodos específicos en los que ciertas personas o grupos pudieron enriquecerse rápidamente gracias a cambios en la economía, la tecnología, los descubrimientos y los movimientos sociales.

Aquí están las etapas históricas clave en las que esto fue especialmente posible:

1. La era de los grandes descubrimientos geográficos (siglos XV – XVII)

Durante este período, los estados europeos comenzaron a explorar activamente nuevas rutas marítimas y tierras fuera de Europa. Las razones eran diversas: búsqueda de nuevas rutas comerciales, obtención de productos raros, expansión de influencia y territorios.

¿Por qué se podía enriquecerse rápidamente?

Descubrimiento de nuevas tierras y recursos. En América, África y Asia se encontraron grandes reservas de oro, plata, piedras preciosas y otros recursos valiosos. Las nuevas tierras permitieron crear plantaciones donde se cultivaban especias, azúcar, tabaco, productos que en Europa eran muy caros.

Monopolio del comercio de productos raros. Portugal y España obtuvieron derechos exclusivos para comerciar con sus nuevas colonias. El control de las especias (como el clavo y la nuez moscada) generaba enormes ganancias.

Esclavitud y explotación. El comercio de esclavos proporcionaba mano de obra barata para las plantaciones, aumentando significativamente los ingresos de los colonizadores. El comercio triangular entre Europa, África y América era un negocio sumamente rentable.

Tesoros de los conquistadores. Los conquistadores españoles sometieron civilizaciones (aztecas, incas), apropiándose de oro y plata. Grandes cantidades de metales preciosos llegaron a Europa, formando fortunas y fortaleciendo la economía de las metrópolis.

Crecimiento del comercio y del sistema bancario. Con el desarrollo del comercio marítimo surgieron nuevos instrumentos financieros: acciones de compañías comerciales, financiamiento de expediciones. Los comerciantes que invertían en expediciones podían obtener enormes ganancias.

Figuras clave y ejemplos:

Cristóbal Colón (Italia/España) — descubrió América en 1492, iniciando la riqueza de España.

Fernando de Magallanes (Portugal/España) — organizó la primera circunnavegación (1519–1522), abriendo nuevas rutas marítimas.

Hernán Cortés — conquistó el imperio azteca, apropiándose de gran cantidad de oro.

Francisco Pizarro — conquistó el imperio inca en Sudamérica, trayendo enormes riquezas a la corona española.

Exploradores portugueses — descubrieron la ruta marítima a la India bordeando África, controlando el comercio de especias.

Compañías comerciales como la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC) y la Compañía Inglesa de las Indias Orientales se convirtieron en poderosos monopolios con ejércitos y flotas propias.

Mecanismos de enriquecimiento rápido:

Expediciones y conquistas exitosas: quienes financiaban o lideraban expediciones recibían parte del botín.

Monopolio comercial: controlar el suministro de productos raros permitía establecer precios elevados.

Comercio de esclavos: la mano de obra barata aumentaba la rentabilidad de plantaciones y extracción de recursos.

Inversiones en barcos y expediciones: riesgosas, pero potencialmente muy rentables.

Riesgos y limitaciones: las expediciones eran costosas y peligrosas — muchos barcos se hundían, tripulaciones morían. Conflictos políticos entre países cambiaban frecuentemente el equilibrio de poder. Guerras coloniales y rebeliones podían llevar a la pérdida de riqueza e influencia.

2. Revolución industrial (siglos XVIII – XIX)

Fue un período de grandes transformaciones económicas, tecnológicas y sociales, iniciado en Gran Bretaña en el siglo XVIII y expandido por todo el mundo en el XIX. El cambio principal fue la sustitución del trabajo manual por la producción mecanizada.

¿Por qué se podía enriquecer rápidamente en este período?

Aparición y desarrollo de nuevas tecnologías. La máquina de vapor (como la de James Watt) aumentó la productividad de fábricas y transporte. Se inventaron telares mecánicos, máquinas de hilar y nuevas tecnologías metalúrgicas.

Desarrollo de ferrocarriles, barcos de vapor y telégrafo. Esto aceleró el transporte de mercancías e información.

Crecimiento de fábricas y plantas industriales. La producción masiva redujo los costos, ampliando los mercados.

Demanda de capital e inversión. Las personas invertían en empresas y obtenían grandes ganancias.

Desarrollo de mercados financieros. La creación de sociedades anónimas permitió que más personas participaran en negocios. Los bancos otorgaban créditos a los industriales.

Aumento de la población urbana y de la fuerza laboral. La mano de obra barata aumentaba la rentabilidad de las fábricas.

Expansión de los mercados. El incremento de la producción generó demanda tanto interna como externa; las colonias se convirtieron en fuentes de materias primas y mercados de consumo.

Quién podía enriquecerse y cómo:

Industriales y empresarios: fundadores o propietarios de fábricas, minas o talleres. Ejemplo: Andrew Carnegie (acero en EE. UU.), John D. Rockefeller (petróleo).

Inversores y banqueros: invertían en nuevas tecnologías y empresas, obteniendo dividendos. Ejemplos: familias Morgan, Rothschild.

Comerciantes y dueños de transporte: propietarios de ferrocarriles y barcos.

Inventores e ingenieros: quienes patentaban nuevas máquinas podían vender licencias.

Ejemplos de riqueza:

Andrew Carnegie: emigró de Escocia a EE. UU., creó una de las mayores empresas siderúrgicas, usando tecnologías avanzadas y gestión agresiva.

John D. Rockefeller: fundador de Standard Oil, controlaba alrededor del 90% de la industria petrolera estadounidense, creando la primera verdadera monopolio.

James Watt: perfeccionó la máquina de vapor, convirtiéndola en motor industrial masivo.

Riesgos y ventajas del período: grandes inversiones iniciales requerían recursos significativos. La competencia era intensa, las tecnologías se volvieron obsoletas rápidamente. Huelgas y problemas sociales representaban riesgos.

La Revolución Industrial creó condiciones para la acumulación rápida de capital a quienes sabían invertir en innovación, crear o expandir grandes industrias, aprovechar nuevos mercados, organizar la gestión y la logística de manera eficiente.

3. Fiebre del oro (siglo XIX)

La fiebre del oro consistía en la migración masiva hacia regiones donde se descubrieron grandes depósitos de oro u otros metales preciosos. En el siglo XIX hubo varias oleadas de este tipo, generando enormes expectativas de enriquecimiento rápido.

Principales fiebres del oro del siglo XIX:

Fiebre del oro de California (1848–1855): comenzó tras el descubrimiento de oro en

Sutter’s Mill, atrayendo a cientos de miles de personas de todo el mundo.

Fiebre del oro australiana (1851–1860): descubrimientos en Victoria y Nueva Gales del Sur, provocando un gran flujo de migrantes y crecimiento económico.

Fiebre del oro del Klondike (1896–1899): en el área del río Klondike, Canadá; crecimiento rápido pero difícil de la población y economía.

Fiebre en Sudáfrica (incluyendo diamantes): descubrimientos en Kimberley y otras zonas impulsaron la minería.

¿Por qué se podía enriquecerse rápidamente?

Bajo umbral de entrada. Para empezar la extracción no se necesitaban grandes inversiones: bastaban pala, criba y suerte. Muchos se enriquecieron desde cero.

Alto precio del oro. Siempre valioso y fácil de comercializar.

Aumento repentino de la demanda de bienes y servicios. En las zonas de la fiebre surgieron tiendas, bancos, hoteles y transporte, beneficiando también a los proveedores.

Especulación en tierras y equipos. La tierra se encareció y la venta o alquiler de equipos generaba altos beneficios.

Quién se enriqueció durante la fiebre del oro:

Mineros afortunados que encontraban vetas de oro.

Empresarios y comerciantes: proveedores de equipos, alimentos, ropa. Ejemplo: Levi Strauss, fabricante de pantalones resistentes para mineros.

Propietarios de minas y yacimientos: obtenían derechos de extracción y contrataban trabajadores.

Inversores: financiaban el desarrollo de grandes yacimientos.

Ejemplos de éxito:

Levi Strauss: inmigrante alemán que creó pantalones resistentes para mineros.

John Sutter: dueño de la tierra donde se descubrió oro, iniciando la fiebre del oro californiana.

Riesgos y dificultades: la mayoría de los mineros no se enriquecieron. Condiciones naturales extremas, enfermedades, falta de infraestructura, conflictos por tierras y recursos, alto nivel de criminalidad y rápido agotamiento de los depósitos.

La fiebre del oro era una oportunidad de enriquecimiento rápido basada en la suerte, el trabajo y el ingenio empresarial. También impulsó el crecimiento económico regional, la creación de nuevas ciudades e infraestructura.

4. Industrialización en EE. UU. y la “era de los barones ladrones” (finales del XIX — principios del XX)

La “era de los barones ladrones” es el nombre no oficial de un período de rápido crecimiento económico en EE. UU. desde la década de 1870 hasta principios del XX. Surgieron grandes corporaciones y monopolios, y los empresarios que lograron enormes fortunas recibieron el apodo de “barones ladrones” debido a sus métodos empresariales agresivos y a menudo despiadados.

¿Por qué se podía enriquecerse rápidamente?

Crecimiento acelerado de la industria. EE. UU. experimentaba una intensa industrialización: acero, petróleo, ferrocarriles. Nuevas tecnologías y métodos organizativos aumentaban significativamente la producción.

Expansión de la red ferroviaria. Los ferrocarriles eran las “arterias” de la economía; controlarlos ofrecía grandes ventajas económicas y políticas.

Consolidación empresarial y monopolios. Empresarios compraban competidores o llegaban a acuerdos para controlar sectores enteros, fijar precios y maximizar ganancias.

Bajos impuestos y poca regulación. El gobierno intervenía poco, lo que permitía a los barones manipular el mercado libremente.

Quiénes eran los “barones ladrones”:

Andrew Carnegie — imperio siderúrgico.

John D. Rockefeller — monopolio petrolero Standard Oil.

Cornelius Vanderbilt — ferrocarriles y barcos.

J. P. Morgan — financista y banquero, creador de grandes consorcios.

James Hill — magnate ferroviario.

Cómo se enriquecieron:

Monopolización de sectores. Rockefeller controlaba casi todo el mercado petrolero. Carnegie implementaba innovaciones en acero y reducía costos.

Integración vertical y horizontal.

Vertical: control de todas las etapas de producción (materia prima, producción, venta).

Horizontal: compra de competidores para eliminar la competencia.

Manipulación de mercados y lobby político. Contratos ventajosos, precios de dumping, influencia en leyes y políticas.

Uso de mano de obra barata. Explotación de trabajadores con largas jornadas y bajos salarios.

Impacto social y económico: estimularon el crecimiento económico e industrialización, crearon grandes corporaciones y primeras multinacionales. Sin embargo, aumentaron la desigualdad social y surgieron los primeros sindicatos y movimientos por los derechos laborales.

La era de los “barones ladrones” fue un tiempo de enormes oportunidades de enriquecimiento, pero también de dura competencia, ausencia de protección social y corrupción. Allí se sentaron las bases del capitalismo industrial moderno en EE. UU.

5. Después de la Segunda Guerra Mundial (1945–décadas de 1960)

La Segunda Guerra Mundial terminó en 1945, y el mundo se enfrentó a la enorme tarea de reconstruir las economías destruidas. El crecimiento fue especialmente notable en Estados Unidos y Europa Occidental. Este período se conoce como la “edad de oro del capitalismo”, cuando se observó un fuerte auge económico y un aumento del nivel de vida.

¿Por qué era posible enriquecerse rápidamente?

Recuperación económica y crecimiento de los países afectados por la Segunda Guerra Mundial. Reconstrucción de la infraestructura y la industria destruidas. Aumento de la producción industrial, agrícola y de servicios.

Progreso tecnológico e innovación. Implementación activa de nuevas tecnologías derivadas de desarrollos militares (aviación, electrónica, química).

Desarrollo de la producción en masa y la automatización.

Crecimiento de la demanda de los consumidores. Surgió un mercado de consumo masivo: automóviles, electrodomésticos, viviendas. El aumento de los ingresos impulsó la demanda.

En Estados Unidos, el Plan Marshall ayudó a reconstruir Europa, creando nuevos mercados. Muchas personas salieron de la pobreza y obtuvieron empleos estables y un ingreso seguro. Esto creó una nueva clase de consumidores y trabajadores.

Quién podía enriquecerse y cómo

Empresarios y dueños de negocios. Compañías que producían automóviles (Ford, General Motors), electrodomésticos, materiales de construcción.

Empresas de construcción e inmobiliarias, gracias al crecimiento de la construcción de viviendas.

Inversores y accionistas. Personas que invertían dinero en compañías y mercados de rápido crecimiento.

Ingenieros e inventores. Desarrolladores de nuevas tecnologías y productos que conquistaban el mercado.

Financieros y banqueros. Préstamos a empresas y particulares, crecimiento del mercado hipotecario.

Características del período: estabilidad relativa de la economía, aumento de la movilidad social, fuerte regulación estatal y programas sociales (seguros, pensiones). El período posterior a la Segunda Guerra Mundial fue un tiempo de crecimiento económico estable y rápido, donde se podía enriquecer gracias al desarrollo industrial, nuevas tecnologías y aumento del consumo. Fue uno de los períodos más favorables para los negocios del siglo XX.

6. Auge tecnológico (1990–2000) — la era de las “dotcom”

La era de las “dotcom” fue un período de rápido crecimiento de empresas de internet y tecnología, especialmente desde mediados de los años 90 hasta principios de los 2000. Internet comenzó a penetrar en la vida de millones de personas, aparecieron los primeros servicios web masivos, tiendas en línea y plataformas digitales.

¿Por qué era posible enriquecerse rápidamente?

Crecimiento explosivo de internet. Internet se volvió accesible para las masas. Surgieron nuevas oportunidades de negocio: comercio electrónico, publicidad en línea, servicios digitales.

Aumento vertiginoso del valor de las empresas de internet. Las acciones de las empresas “dotcom” crecían rápidamente incluso sin beneficios sostenibles. Los inversores invertían masivamente esperando altos rendimientos.

Fácil acceso al capital de riesgo. Los fondos de inversión financiaban activamente startups tecnológicas. Las empresas jóvenes recibían grandes inversiones para desarrollo y expansión.

Creación de nuevos modelos de negocio. Surgieron plataformas de comercio electrónico (Amazon, eBay), motores de búsqueda (Yahoo, Google), proveedores de internet y servicios en línea.

Ofertas públicas iniciales (IPO). Muchas startups salían rápidamente a bolsa, lo que permitía a los fundadores e inversores enriquecerse instantáneamente.

Quién se enriqueció: fundadores e inversores de empresas de internet: Jeff Bezos (Amazon), Peter Thiel (PayPal), Sergey Brin y Larry Page (Google). Fondos que invirtieron en los proyectos correctos. Operadores del mercado bursátil. La especulación con acciones de “dotcom” generó enormes ganancias.

Riesgos y crisis de las “dotcom”:

Colapso de la burbuja “dotcom” entre 2000–2002. Muchas empresas resultaron deficitarias y cerraron, y los inversores perdieron miles de millones. Pero aquellos que invirtieron en proyectos correctos (Google, Amazon) encontraron la base para una enorme riqueza.

La era de las “dotcom” fue un período de crecimiento y oportunidades increíbles, donde era posible enriquecerse rápidamente mediante la innovación, la inversión y la salida a bolsa. Mostró cómo las nuevas tecnologías transforman la economía y crean nuevos líderes de mercado.

7. Auge de las criptomonedas (hasta hoy)

El auge de las criptomonedas es el rápido aumento de popularidad y valor de las monedas digitales, desde la aparición de Bitcoin en 2009 hasta hoy. Este mercado se caracteriza por su alta volatilidad, innovación y oportunidades de grandes ganancias.

¿Por qué era posible enriquecerse rápidamente?

Aparición de Bitcoin (2009), la primera criptomoneda descentralizada que abrió una nueva era en tecnología financiera. Posibilidad de comprar bitcoins a muy bajo precio en etapas tempranas.

Aumento del valor de las criptomonedas. Creciente interés de inversores institucionales y particulares.

Desarrollo de tecnologías blockchain y DeFi. Aparición de contratos inteligentes (Ethereum, etc.) y aplicaciones financieras descentralizadas.

Oportunidades de ingresos pasivos mediante staking, farming y préstamos.

ICO y venta de tokens. Masivas ofertas iniciales de monedas (ICO) que permitían comprar nuevos tokens desde el inicio.

Crecimiento de NFT y el metaverso. Objetos digitales coleccionables y activos virtuales que abrían nuevas formas de ganancia.

Quién se enriqueció: inversores tempranos en Bitcoin y Ethereum. Fundadores de proyectos cripto. Creadores de nuevas plataformas y aplicaciones blockchain. Traders y especuladores. Usuarios que entraban y salían del mercado con estrategia. Fondos de inversión de riesgo que apostaban por proyectos prometedores.

Riesgos y problemas: alta volatilidad — grandes oscilaciones de precio, riesgos regulatorios e incertidumbre en distintos países. Fraudes y proyectos estafas. Riesgos técnicos y problemas de seguridad.

El auge de las criptomonedas no es solo una moda. Es una era moderna de cambios comparables a la revolución industrial o la fiebre del oro. Y todavía continúa. Lo más importante: ya vives en ella. ¿Qué les contarás a tus hijos dentro de muchos años?

“Perdón, hijo… me asusté. No vi la oportunidad aunque estaba justo frente a mí. No somos ricos porque tu padre pensaba como un pobre. Confié demasiado en la multitud, que siempre llega tarde y siempre se va con las manos vacías.”

¡Pero se puede hacer diferente! Puedes mirar más allá. Dejar de buscar la aprobación de la mayoría, que siempre llega tarde. Empezar a aprender, probar y analizar. Comprender que los tiempos de cambio no son motivo de miedo, sino una ventana de crecimiento. No necesitas ser un genio para aprovechar la oportunidad. Debes estar abierto, tener coraje para hacer preguntas, pensar por ti mismo y, lo más importante, actuar antes de que sea demasiado tarde. ¡Despierta!

Capítulo 3. Cómo se le quita el capital: la historia del robo imperceptible

“Desterrar el capital es el arte de convencerte de que el dinero es peligroso y que la pobreza es una virtud”.

La clase media es un estrato de la población educado, autónomo y relativamente independiente. Lee, piensa y analiza. Tiene tiempo, dinero y energía para hacerse preguntas, participar en la política, crear negocios y unirse. Puede influir: votar, invertir, cambiar las reglas del juego. Un sistema basado en la desigualdad y el control no quiere que la gente piense y se una. Quiere: consumidores, no inversores; trabajadores, no empleadores; dependientes, no libres.

La clase media como capa masiva está desapareciendo, la están borrando sin piedad. Te dan estabilidad aparente (hipoteca, créditos, trabajo para sobrevivir), o despiertas y luchas por subir, desafiando al sistema. Los más ricos se hacen aún más ricos (el capital trabaja para el capital). Los activos (acciones, bienes raíces) suben de valor: quien los tiene gana; quien no, se queda atrás para siempre. Los salarios no crecen al mismo ritmo que los precios y el costo de vida. Los bancos centrales inyectan dinero en el sistema: esto eleva los precios, pero no los ingresos de la gente común. Los ricos saben cómo minimizar impuestos; los pobres pagan todo. Las “ayudas” mantienen a las personas al borde de la supervivencia, pero dificultan que suban de nivel.

¿Qué es la expropiación de capital en el mundo moderno? Es un proceso sistémico mediante el cual se les quitan recursos — dinero, activos, tiempo, energía — a la población, a los pequeños negocios o a inversores inexpertos, sin violencia aparente. Esto puede hacerse a través de: mecanismos económicos, influencia informativa, analfabetismo financiero, trampas psicológicas y de comportamiento.

¿Quién, cómo y por qué lo hace?

1. Estados y Bancos Centrales.

¿Para qué? Para redistribuir recursos, controlar la inflación, salvar a los jugadores grandes.

¿Cómo? Inflación: imprimir dinero reduce el poder adquisitivo de la población. Aumentar impuestos. Reformas de pensiones donde pagas pero no recibes. Devaluaciones y restricciones cambiarias.

2. Corporaciones y bancos.

¿Para qué? Para mantener ganancias estables, conservar poder y controlar al consumidor.

¿Cómo? Impulsar créditos, hipotecas y leasing con promesas atractivas. Suscripciones a servicios interminables donde ni siquiera posees lo que pagas. Productos de inversión complejos con condiciones claramente desfavorables.

3. Mercados bursátiles y cripto (incluyendo jugadores grandes).

¿Para qué? Para enriquecerse a costa de inversores minoristas.

¿Cómo? Crear hype → atraer a la multitud → dump → vender activos aprovechando a los novatos. Manipulaciones a través de medios y influencers. “Pump-and-dump”, información privilegiada, noticias falsas.

4. El propio sistema educativo.

¿Para qué? Para que permanezcas como trabajador obediente y consumidor.

¿Cómo? Analfabetismo financiero: no sabes cómo funciona el dinero. Propaganda de “estabilidad” y miedo al riesgo. Programación social: “la riqueza no es para ti”, “el dinero corrompe”.

¿Cómo se ve en la práctica?

Pagas una hipoteca durante 30 años — por un departamento que el banco puede quitarte. Guardas dinero en moneda nacional — y ves cómo tus ahorros se evaporan. Tienes miedo de invertir — y la inflación consume tu capital. Trabajas toda la vida por un salario y al jubilarte recibes casi nada.

¿Qué hacer al respecto?

Aumentar tu educación financiera. Pensar estratégicamente, no emocionalmente. Diversificar: no poner todo en la misma canasta (moneda, activos, conocimientos). Aprender a identificar riesgos y manipulaciones antes de caer en ellos.

No eres pobre porque no tengas dinero. Eres pobre porque alguien te convenció de que no eres capaz de conservarlo y de que no mereces ser rico. Antes de que hablemos de cripto, debes entender: nadie está interesado en tu bienestar — ni el estado, ni tus amigos, ni tu jefe. Al contrario, todo a tu alrededor quiere tomar lo poco que tienes o lo que puedas tener en el futuro cercano. Vives en un sistema donde, por defecto, eres un recurso, un esclavo. No te enseñan a ganar te enseñan a obedecer, consumir, gastar y temer perder tu trabajo. Te dan una ilusión de estabilidad: salario mensual, hipoteca a 30 años, paquete social con supuesta atención médica gratuita. Pero todo esto es una trampa. Cuanto más tiempo estés en ella, más difícil será escapar. Y si de repente quieres liberarte — empiezas a hacer preguntas, estudiar finanzas, interesarte en inversiones o cripto te llamarán ingenuo, codicioso, extraño, “demasiado inteligente”. Esto es un sistema de autoprotección de la multitud. Debes entender: el camino hacia la libertad no pasa por la aprobación de otros. No recibirás aprobación. No esperarás “el momento adecuado”. No te salvarás si dices: “solo necesito aguantar un poco más”.

La cripto no es solo una inversión. Es protesta. Es salir de la subordinación. Es una herramienta que trabaja para ti si estás dispuesto a pensar por ti mismo. En el futuro, la gente se dividirá entre los que entendieron y los que se rieron y siguieron de largo. Solo queda la pregunta: ¿en cuál grupo estarás tú?

Mecanismos de extracción de capital de la clase media y la élite en distintas etapas de la historia

1. Antigüedad (hasta aproximadamente el siglo V d. C.)

Cómo se expropiaba el capital:

Botín de guerra y saqueo. Los vencedores en las guerras tomaban tierras, ganado, joyas y esclavos de los derrotados.

Esclavitud por deudas. Si una persona no podía pagar una deuda, podían confiscar sus bienes y convertirla en esclavo.

Impuestos y tributos. En las ciudades-estado existían impuestos que extraían parte de la riqueza.

Ejemplo: en la Antigua Roma, los emperadores a menudo confiscaban los bienes de los opositores ejecutados o desterrados. En Atenas, los deudores incapaces de pagar perdían la libertad y sus propiedades.

2. Edad Media (siglos V — XV)

Cómo se expropiaba el capital:

Sistema feudal. La tierra pertenecía a los señores, y los campesinos debían entregar parte de la cosecha (censo) o trabajar gratuitamente en sus tierras (corvea).

Impuestos de la Iglesia. El diezmo absorbía una parte significativa de los ingresos.

Confiscaciones por “delitos”. Por ofensas contra el rey o el señor feudal se podía perder el patrimonio y los títulos.

Inquisición y herejías. La Iglesia podía confiscar los bienes de los acusados de herejía.

Ejemplo: en Inglaterra, tras la conquista normanda, Guillermo el Conquistador confiscó tierras a los anglosajones y las entregó a sus vasallos. En Rusia, los campesinos debían pagar tributos o trabajar para los terratenientes, perdiendo de facto el derecho a la propiedad.

3. Edad Moderna temprana (siglos XV — XVIII)

Cómo se expropiaba el capital:

Saqueo colonial. Las potencias europeas (España, Portugal, Inglaterra, Francia) se apropiaban de tierras, recursos e incluso personas (esclavitud) de los pueblos indígenas.

Confiscaciones religiosas. Durante la Reforma y la Contrarreforma, en los países protestantes se confiscaban los bienes de la Iglesia católica.

Confiscaciones revolucionarias. En Francia, después de 1789, se expropiaron masivamente bienes de la aristocracia y de la Iglesia para financiar la revolución.

Ejemplo: la conquista española en América: se tomaban el oro, la plata y las tierras de los pueblos indígenas. En Francia, los revolucionarios confiscaron las propiedades de los nobles para financiar al ejército.

4. Siglo XIX

Cómo se expropiaba el capital:

Abolición de la servidumbre. Los campesinos eran liberados, pero solían tener que comprar las tierras, lo que a veces los dejaba sin capital.

Nacionalizaciones y reformas agrarias. En varios países se redistribuyeron tierras, a menudo por la fuerza.

Colonialismo. Continuaba la extracción de recursos de las colonias.

Impuestos elevados. Los Estados establecieron nuevos sistemas tributarios para financiar la industrialización y los ejércitos.

Ejemplo: en Rusia, en 1861, los campesinos obtuvieron la libertad pero tenían que comprar las tierras a los terratenientes. En la India, los británicos confiscaron tierras y recursos a principados y comunidades locales.

5. Siglo XX

Cómo se expropiaba el capital:

Revoluciones socialistas. En la URSS (1917), China (1949) y otros países se nacionalizaron tierras y empresas; la propiedad privada fue abolida.

Represiones y deportaciones. En la URSS, por ejemplo, a los “kulaks” y a los represaliados se les confiscaban los bienes.

La Gran Depresión. En EE. UU. y Europa, los impuestos y regulaciones llevaron a una mayor redistribución de la riqueza.

Reformas de posguerra. Nacionalización de sectores estratégicos en Europa del Este y América Latina.

Tomas corporativas. En los años 1980–90, en economías en transición se dieron numerosos casos de expropiaciones y “raids” empresariales.

Ejemplo: en la URSS, confiscación de bienes de terratenientes, capitalistas y clérigos. En China, el “Gran Salto Adelante” y la Revolución Cultural implicaron expropiaciones masivas.

6. Período contemporáneo (siglo XXI)

Cómo se expropiaba el capital:

Nacionalizaciones y privatizaciones. En algunos países, el Estado nacionaliza grandes empresas; en otros, las privatizaciones van acompañadas de corrupción y apropiación indebida.

Sanciones financieras. En la política internacional, los activos de países o individuos pueden ser congelados o confiscados.

Lucha contra la corrupción y el lavado de dinero. Confiscación de activos de sospechosos de delitos financieros.

Cibercrimen. Los hackers y estafadores pueden “arrebatar” capital digitalmente.

Ejemplo: en Venezuela, la nacionalización del sector petrolero. En Rusia en los años 1990, numerosas empresas fueron objeto de tomas y expropiaciones.

Si alguna vez te has preguntado cómo es posible tener tantas generaciones detrás y, aun así, no poseer hoy ninguna propiedad como herencia — ni una llave, ni un rincón —, aquí tienes la respuesta…

Expropiación del capital y de los ahorros en la Rusia zarista (hasta aproximadamente 1917)

Principales métodos y mecanismos:

Servidumbre y trabajo obligatorio.

Hasta 1861 los campesinos eran siervos y pertenecían a los terratenientes. No poseían la tierra y debían trabajar para el propietario, entregando una parte importante de su trabajo (barshchina) y de la cosecha (obrok). Esto limitaba su libertad económica y les “privaba” de la posibilidad de acumular capital.

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